La respuesta es sí. La salud oral es importante para todos, pero un nivel alto de azúcar en la sangre puede dificultar el mantenimiento de dientes sanos, por ello, el cuidado de la salud bucodental es aún más importante cuando se tiene diabetes.
En España, la diabetes tiene una alta prevalencia, y lamentablemente, muchos diabéticos desconocen su condición, lo que dificulta el control adecuado de la enfermedad.
Los niveles elevados de azúcar en la sangre reducen el flujo sanguíneo, lo que afecta el transporte de oxígeno y nutrientes, debilita el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de infecciones en la boca. Un mal control glucémico en personas con diabetes puede propiciar el desarrollo de inflamaciones e infecciones bucales, e incluso ocasionar la pérdida de dientes.
En RC Clínica Dental Avanzada los especialistas disponen de formación específica para tratar con seguridad a la pacientes con necesidades especiales, como son las personas diabéticas.
La enfermedad periodontal no sólo es más común en personas con diabetes, sino que también puede afectar el control de azúcar en la sangre y empeorar la diabetes, además, se ha demostrado que existe una relación entre la diabetes y la enfermedad periodontal que también puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Es esencial tener en cuenta que la periodontitis y la hiperglucemia comparten factores de riesgo comunes, los cuales son más frecuentes en personas con sistemas inmunológicos debilitados y respuestas inflamatorias hiperactivas.
Además, la periodontitis es un factor de riesgo para las complicaciones macrovasculares de la diabetes, la enfermedad cardiovascular y el ictus, y se asocia con complicaciones microvasculares de la diabetes, como la neuropatía, la enfermedad renal y la retinopatía asociada.
La caries dental no tratada es la enfermedad más común en el mundo, teniendo los adolescentes diabéticos más del doble de probabilidades de portar dientes con empastes, y tres veces más dientes con caries no tratadas que los adolescentes no diabéticos. Además, si la persona diabética está en diálisis es aún más propensa tener más caries, infecciones periapicales y abscesos.
La sequedad bucal es un problema frecuente en personas con diabetes, lo que disminuye la calidad de vida. Como consecuencia de esta sequedad bucal se pueden producir mal aliento, trastornos del gusto y problemas con la estabilidad de las prótesis removibles, la masticación y la deglución. También aumenta la incidencia de caries dental, periodontitis y, finalmente, pérdida de dientes.
Las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de perder dientes en comparación con aquellas sin diabetes. Los altos niveles de glucosa en sangre son un factor de riesgo para la pérdida de dientes debido a la caries dental y la enfermedad periodontal. La ausencia de dientes dificulta la masticación y puede afectar la adherencia a una dieta adecuada para controlar la diabetes.
Por otro lado, la pérdida de dientes también se asocia con complicaciones diabéticas, como infartos de miocardio y retinopatía. Además, la masticación inadecuada afecta negativamente a la función cognitiva.
La diabetes provoca una disminución de la salivación y además promueve bacterias productoras de ácido, lo que contribuyen al desarrollo de caries y enfermedades fúngicas.
La diabetes es un factor de riesgo para la osteonecrosis común y relacionada con medicamenteos. Las complicaciones microvasculares (patología vascular, isquemia, disfunción de las células endoteliales) reducen la circulación sanguínea y la nutrición y la calidad ósea reducen la regeneración. La diabetes también aumenta la destrucción de las células productoras de hueso (osteoblastos) y de la células destructoras de hueso (osteoclastos), así como altera la función de las células inmunitarias, promoviendo la inflamación.
Los diabéticos también tienen un mayor riesgo de desarrollar úlceras traumáticas, infecciones de heridas orales, cicatrización lenta de heridas, pigmentación de melanina, lengua hendida, lengua geográfica y trastornos de la articulación temporomandibular.
Por lo general, se recomienda programar las citas de los pacientes por la mañana, cuando los niveles de corticoides endógenos son más altos (y los niveles de glucosa en sangre están elevados). En pacientes insulinodependientes, la cita no debe coincidir con el pico de máxima acción de la insulina para evitar el riesgo de hipoglucemia. Para la mayoría de los pacientes en terapia con insulina, el tiempo ideal es 90 minutos después de la inyección. Los pacientes que toman medicamentos antidiabéticos del tipo tiazolidedionas y metformina rara vez experimentan hipoglucemia.
Para concluir, estos son algunos consejos a seguir por el paciente diabético para lograr una buena salud bucodental:
Las personas diabéticas deben visitar a su dentista con mayor frecuencia (normalmente cada 6 meses) para vigilar posibles problemas dentales y evitar una posible agudización de la enfermedad.
¡Pero sigue sonriendo! Controlar los niveles de azúcar en sangre te puede ayudar a prevenir la enfermedad de las encías y otras infecciones orales.